3 nuevas tipologías para categorizar al diseño

En este blog hablamos sobre dos de los ejes conceptuales del diseño: la belleza y la utilidad.

¿Qué es el diseño?

El primer resultado de google al buscar el significado de “diseño” nos arroja la siguiente definición: “Es una actividad creativa que tiene por fin proyectar objetos que sean útiles y estéticos.” De acá partimos a elucubrar. 

diseño: bello o util?Para empezar el diccionario de oxford bien lo denomina como una actividad creativa, lo que quiere decir que el diseño tiene un carácter innovador nato; diseñar es inventar, diseñar es imaginar e ingeniar, diseñar es construir el futuro. Incluso etimológicamente la palabra diseño se deriva del término italiano disegno, designio, signare, lo por venir. Tal vez por esto es que luego, para reafirmar los motivos del diseño, esta definición de la cual partimos especifica que su fin es el de proyectar objetos. Este pasaje entre el plano mental de las ideas al de la materia es crucial para entender qué es el diseño.

Lo más importante de esta definición es el final, que habla de su propósito: “éstos objetos deberán ser útiles y estéticos”, dos condiciones que delimitan su naturaleza y obligan a estos objetos a servir para algo, y además a que la manera en la que se perciben sea parte fundamental de la experiencia. En pocas palabras, deben ser funcionales y “bellos”. Pero…

¿Qué es bello?

En sus inicios les humanes hacíamos coincidir lo bello con lo bueno y lo verdadero. De esta manera lo bello adquirió connotaciones positivas en un sentido ético, e incuestionables en un sentido interpretativo. Algo así como “Entonces la belleza es bella y hace bien”. En esta época pos-verídica en la que la relatividad hace tambalear a la ética normalizada; la belleza se deconstruye, pierde esencia y se vuelve subjetiva. Como dijo Oscar Wilde “la belleza radica en los ojos del espectador”, es decir que para entender lo que es bello para alguien hay que entender a ese alguien. 

Lo bello se vuelve más psicológico y menos fisiológico. 

La velocidad de los medios digitales a la que se ha acostumbrado nuestro cerebro, genera un reflejo compulsivo con respecto a la apreciación de lo bello que reduce nuestra reacción al “like” o al olvido. El paradigma anterior aparece invertido: “si me gusta y me hace bien, entonces es bello”. En todo caso lo que coinciden las distintas manifestaciones por las que ha pasado la conceptualización de la belleza a través del tiempo es que es irrefutable, porque lo bello no es un hecho sino una experiencia.

¿Qué es útil?

Fue asimismo Oscar Wilde quien dijo que la belleza se opone al utilitarismo: lo bello debería ser “profundamente inútil”. Por lo que, si nos basamos en esta limitante, el concepto de diseño resultaría imposible ya que una de sus máximas es que la existencia de sus objetos debe resolver un problema además de producir belleza. 

Este axioma nos delata que el diseño responde siempre a la productividad: los objetos de diseño pueden ser feos pero jamás inútiles. Y es tanto más fundante su función utilitaria que incluso hace de la belleza simplemente otro elemento que utiliza para lograr servir, pues si el objeto no es sensoperceptivamente atrayente, el rechazo hacia lo nuevo suele ser inminente. 

Es decir que para el diseño, ser útil es tan esencial que le encuentra utilidad a la belleza, incluso por sí misma; el que algo sea bello, nos haga sentir bien y nos guste, resulta en sensaciones productivas para el individuo y la sociedad. No es coincidencia que en el correr de nuestro tiempos estemos tan atestades de material sensorial que se nos obliga a accionar el juicio estético constantemente. De todas maneras el diseño no se reduce a la apreciación del mercado, no es únicamente un objeto consumible, un producto o un servicio, una oferta o una demanda. La identidad útil de lo que llamamos diseño se halla en ese “porvenir” desde el cual es pensado, el resolver un problema implica construir el futuro y esto vuelve a los objetos del diseño tecnología.

Tipos de diseño

La belleza y la utilidad son términos que han rondado en la esfera conceptual de la humanidad desde antes de Cristo, y en la hibridación de estos dos yace lo que llamamos diseño. Todo objeto de diseño va a tener estos dos conceptos presentes, lo que dificulta imaginar algo que no entre dentro de su conjunto. Las casas en las que vivimos, los cortes de pelo que hacemos, los libros, los besos, la democracia y los trasplantes de corazón; incluso la matemática y el fútbol responden al diseño. 

Podríamos entonces categorizar 3 tipos de diseño en el eje belleza-utilidad:

1. Más útil que bello

Diseños que resuelven tan claramente una necesidad que lo estético queda en segundo plano y en algunos casos es incluso trivial. 

El objeto clave para entenderlo sería la rueda, que sin importar cuantos diamantes le pongas a los aros, si está pinchada no la usas. O las escaleras mecánicas (que son útiles incluso averiadas), su utilidad radica en el esfuerzo que le ahorran a su usuarie mientras que su belleza en el loop infinito que generan. En este caso la belleza es casi accidentada pues la estética es indiferente en estos aparatos.

Este tipo de diseños parecerían responder a lo verdadero, pues su existencia se basa en una realidad, en un problema comprobable. El lado oscuro de estos diseños es que lo útil es altamente mercantilizable y desgraciadamente las necesidades pueden ser inducidas. 

Otros objetos de diseño que considero que pertenecen a este grupo son: los paraguas, los trípodes, las puertas y ventanas, las sillas, las pesas rusas, las mochilas, las bicicletas, las macetas, las lamparitas, el dinero, la pólvora, el telégrafo, el telescopio, el microscopio, la jeringuilla. ¿Se les ocurren otros?

2. Más bello que útil

La experiencia es mucho más trascendental que su utilidad. Su belleza es muy apreciada hasta el grado del fetiche lo que los vuelve potencialmente objetos de colección, de cuidado, de exhibición.
Podríamos entender esta categoría mediante los autos a combustible: muchos cumplen las mismas funciones de utilidad, pero proponen distintas experiencias estéticas dependiendo del modelo. 

De hecho, en cuanto a la utilidad real, su diseño desaprovecha el espacio de la vía pública para proporcionar una experiencia personalizada, y su alto poder contaminante en realidad produce otro problema mucho más grande que el que resuelve. Si bien la ingeniería del automóvil es tecnología, su propósito es mucho más estético que realmente funcional. 

El tipo de diseño más evidente bajo esta categoría es el arte. Podríamos discutir (y quizás lo hagamos en un artículo futuro) la utilidad del arte, pero sin duda esta quedará siempre por detrás de la experiencia estética. Lo mismo sucede en objetos decorativos, las uñas de gel, la moda, los juegos de mesa, etc. 

Podríamos incluso incluir en esta categoría, las categorías que nos inventamos para hablar sobre diseño, ya que si bien tienen una utilidad en el contexto de este artículo, su principal intención es la de estructurar estéticamente su contenido. Tienden más a la subjetividad y se asemejan más a la belleza, su utilidad no es tanto la de realmente categorizar al diseño sino más bien la de generar un debate frente a los objetos que consideramos de diseño y de esta manera conocer al otre y en ese intento entender qué es el diseño para elles.

3. Útil y bello por igual

Dentro de esta conceptualización los objetos de diseño que son útiles y bellos por igual son aquellos que no solo tienen en cuenta que su funcionamiento supla alguna necesidad y que su estética sea apreciable y trascendente, sino que además tienen en cuenta el valor ético en su existencia, y es aquí donde radica en realidad su belleza y utilidad. 

Siguiendo la misma lógica de los ejemplos anteriores, los autos eléctricos pertenecen a este grupo. Tiene la utilidad de un medio de transporte, la experiencia de manejar y además resolvieron el problema de la contaminación, es decir que es un producto pensado desde una perspectiva con valores universales. En esta categoría suele encontrarse la vanguardia, el diseño que revoluciona y define épocas. Otros objetos de esta categoría podrían ser: la internet, los molinos, los perros lazarillos, la imprenta, la penicilina, el ordenador.

Conclusión

En ay! entendemos el diseño como una actividad de construcción. Creemos que en la experiencia estética radica también la utilidad, y que la categorización de esta experiencia como bella quiere decir distintas cosas dependiendo del contexto.

Al momento de programar un workflow para estructurar una actividad organizacional, la belleza es el diseño que menos fricción implique a la persona que va a usar dicho workflow, el que permita que el workflow sea una herramienta de ayuda y nunca jamás una dificultad agregada. En una página web, la experiencia estética necesita estar relacionada con la identidad de marca para que cada usuarie sienta que entró a una casa madre de la organización. 

Espero que esta imaginativa clasificación les haya despertado ciertas preguntas sobre los diseños que les rodean. Si se animan pueden seguir las listas en los comentarios, veremos si concordamos o disociamos y la pasamos bello un rato.

yanick avilés
Yanick has been an actor from birth. Art theorist and illustrator, he likes to work in silence, write articles, think strategies and draw late into the night. He is daring, very prone to black humor. Since he is an "outside the box" thinker, innovative and improviser by nature, he always brings originality to each project. He will start with the craziest idea and fill pages until the possibilities are exhausted, with the certainty that he will not stop until he has found the most powerful idea.
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ann caniglia
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ann caniglia
1 year ago

Está buenísimo este artículo porque te permite reflexionar sobre los objetos (empíricos y digitales) que nos rodean. A qué categoría pertenecen? Personalmente, les damos más importancia con respecto a su utilidad o a su belleza? Esta pregunta puede cambiar de persona a persona: une decoradore de interior, si bien tiene que buscar objetos útiles, va a preocuparse probablemente más por la belleza dentro de un conjunto grande de objetos que cumplen la misma funcionalidad.
Gracias por invitarnos a la reflexión!

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